El evento incluye en su programa de actividades una muestra de documentales musicales, exposiciones fotográficas y conciertos que se conjugarán con la plasticidad de la música en pantalla y con lo más actual de la danza contemporánea, interpretada por ambos conjuntos coreográficos.
 
“Una de nuestras intenciones es hacer coincidir el video con la danza en un mismo escenario”, según comentó Isabel Bustos, directora general de Retazos. “Yo creo que es muy difícil concebir un buen matrimonio entre manifestaciones artísticas con lenguajes diferentes pero, en este caso, las jornadas de Tránsito Habana traerán una propuesta interesante. La gente tendrá la última palabra”.
 
Otra vez la danza inundará los paisajes urbanos, pero desde otra óptica identitaria. “Son visiones diferentes, conceptos coreográficos distintos a los nuestros con propuestas que pudieran inspirar a nuestros coreógrafos”, manifestó la reconocida directora al diferenciar este evento del festival Habana Vieja- Ciudad en Movimiento.
 
A consideración de la también Premio Nacional de Danza 2012, “esta nueva experimentación cultural será rica en el sentido que estarán sucediendo muchas cosas a la vez, transmitidas por estilos y expresiones diversas a los constatados por nuestros espectadores y artistas. Todos podrán disfrutar y compartir sus experiencias”.
 
El teatro Las Carolinas (sede de Retazos) abrirá las puertas en las noches para ofrecer  una programación con piezas selectas de danza contemporánea de artistas escandinavos  y la compañía cubana interpretará, entre otras, la coreografía El país de las sombras, de la autoría de Memory Wax.
 
Las jornadas son resultado de tres años de colaboración con el Festival Transit que organiza el coreógrafo cubano Miguel Azcue, en la ciudad sueca de Malmo, a lo largo de un malecón que inspira a bailarines, músicos y fotógrafos.
 
Con el apoyo del Ministerio de Cultura de Cuba (MINCULT), la Embajada de Suecia, la Embajada de Noruega y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), el evento le propondrá un transitar cultural diferente a quienes desanden por estos días los adoquines de la añeja ciudad.

Por:  Yesel Galbán Moreno