El centro histórico de La Habana es la palestra de la Danza cada Abril, donde plazas, parques, calles, museos, balcones, ventanas, escaleras y viejas paredes es transformado en escenarios por la coreógrafa Isabel Bustos y su compañía Retazos.

Retazos es una parte integral del Festival Internacional «Habana vieja: Ciudad en Movimiento», el cual se llevó a cabo por primera vez en 1995. Lo que comenzó en dos o tres museos en el Centro Histórico de la Ciudad se ha expandido a casi todos las calles y plazas de la Habana Vieja. Desde 1998 ha formado parte del circuito de Ciudades que Danzan, cuyo propósito es mezclar la coreografía con la arquitectura de la ciudad.

En años recientes la Compañía ha hecho giras por Europa (incluyendo las bienales de Venecia y Lyón, El festival de Sevilla y París). Más recientemente realizaron «El viaje» en el Festival Transit, Mälmo, Suecia, donde recibió excelentes críticas.

«El viaje». Festival Transit. Mälmo, Suecia. Junio de 2007.

Isabel nos recibe en La Habana con su irreprimible sonrisa y el obligatorio cigarro entre los labios. La indiscutible promotora y luz guía de lo que ella describe como —esta hermosa locura— comenzó en la escuela de Ballet de Ecuador, donde pasó su niñez. Después se enrolo en la Escuela Nacional de Arte (ENA) en Cuba, donde sus padres fueron diplomáticos.

Ahí aprendió de dos joyas del Ballet de Cuba: Loipa Araújo y Mirta Pla. Después de graduarse se unió a la Danza Nacional Moderna, hoy conocida como «Danza contemporánea de Cuba».

Después de visitar Quito y la Ciudad de México, se le otorgó una beca por la UNESCO para estudiar coreografía en Paris. Fue en Francia donde ella dice que comenzó a explorar las formas de conectar el arte para expresar emociones y sentimientos.

Desde Paris, Isabel regresó a la Habana para quedarse. Aquí creó Retazos, establecido en primer momento en la sala de su casa.

«Nuestras vidas están hechas de retazos, retazos de otras vidas, sentimientos, emociones, pensamientos, sueños… somos fragmentos de un todo y de ahí nuestro nombre»

Isabel dice que colaborar con músicos, escultores, pintores y cineastas es una forma de incorporar su propia poesía con Retazos, juntando todas las «piezas». Incluso los edificios –dice- pueden aportar inspiración.

«Podemos conmovernos ante la sugerencia y los valores emocionales y visuales de una vieja pared, de un arco, vibrar de en armonía con los transeúntes. Es un ejercicio de improvisación que estimula nuestra creatividad y enriquece la experiencia de la audiencia.»

Ahora Isabel y Retazos se han convertido en una parte integral de la vida Cultural de la Habana Vieja. Larga vida a la locura de la belleza.